Hasta hace poco, el medicamento Nolotil era casi uno más en la familia de las casas españolas. Es un fármaco de uso común para tratar todo tipos de dolores y su uso no despertaba ningún tipo de alarma.
Hasta que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) alertó del riesgo de agranulocitosis como efecto secundario y reacción adversa del consumo de Metamizol, que es el principio activo del Nolotil.
Las alertas sanitarias que emite la Aemps se producen tras la revisión de casos notificados en el Sistema Español de Farmacovigilancia.
Según aclara la Aemps, los tratamientos con metamizol, como es el caso del Nolotil, solo deben administrarse por cortos períodos, efectuar controles hematológicos regulares en caso de tratamientos prolongados, ser muy rigurosos en la precaución con pacientes de edad avanzada y evitar recetarse a aquellos otros con los que no se puedan realizar posteriores controles.
¿Por qué se ha prohibido en infinidad de países?
La aparición de agranulocitosis asociada al consumo de metamizol, principio activo del Nolotil, está muy documenta y, aunque su frecuencia de aparición en los pacientes tratados con él no es muy frecuente, sin embargo, puede llegar a producir una reacción grave que desencadene la muerte.
En España, en los últimos años se ha incrementado en número de casos notificados, y esta estadística ha ido aparejada al incremento de analgésicos como el Nolotil.
Las autoridades médicas afirman que esta reacción adversa ligada al consumo del Nolotil puede presentarse en cualquier momento, pero su aparición está siendo más frecuente en aquellos tratamientos cuya duración fue superior a una semana.
ADAF estima que el Nolotil ha sido el causante de 43 muertes en España, y que las cifras se elevan a un total de 61 fallecidos en todo el mundo a causa del consumo del metamizol.
Además de las muertes, esta asociación afirma que se han presentado un total de 348 casos en los que se observan efectos secundarios producidos por el Nolotil.
Los afectados recuerdan que el Nolotil es un fármaco que en España se dispensa sin receta, y que en países como Reino Unido, Estados Unidos, Suecia, Australia, Japón o Noruega y en otros cuarenta naciones su comercialización está totalmente prohibida.
El bufete de abogados Micco & Freinds es el encargado de llevar la demanda de los afectados, y considera que los testimonios y las pruebas aportadas por los pacientes son suficientes para presentar una demanda. Además, creen que, entre las víctimas, podría haber también niños.
Peligros del abuso de los medicamentos y de automedicarse
Detrás de la mala prensa que ha adquirido en los últimos tiempos el Nolotil, está latente la sospecha de que este y otros medicamentos cuyo principio activo es el metamizol son desencadenantes de la agranulocitosis.
Es decir, que el paciente deja de producir glóbulos blancos que son los responsables del correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Si este está afectado, el paciente está débil y sin defensas y su organismo está expuesto a cualquier tipo de infecciones. En los casos más graves, estas infecciones pueden producir la muerte.
Al parecer, existe una variable genética que explica por qué el matamizol puede llegar a ser letal para pacientes con ADN británico, irlandés o escandinavo, y eso se ha elevado mucho la tasa de mortalidad en pacientes con esos orígenes. Entre los fallecidos registrados en España se encuentran 10 británicos.
El Nolotil no es un antibiótico, sino un analgésico, espasmolítico y antipérico, y se viene recetando en nuestro país durante décadas. El índice de efectos secundarios adversos graves entre la población española es muy reducido, y las autoridades españolas advierten de que su uso no es peligroso si está correctamente pautado por un profesional de la medicina y se siguen los controles adecuados.
Al no ser necesaria la receta médica para la administración de Nolotil, muchos pacientes abusan de este medicamento. Ello ha puesto en el candelero, una vez más, los peligros de la automedicación.
Hay una automedicación responsable que podría ser conveniente cuando se usa para tratar dolencias menores como la fiebre, la acidez de estómago, el resfriado o la gripe, y solo en el estricto tiempo necesario para que estos síntomas desaparezcan.
Sin embargo, que un medicamento pueda ser despacho sin ser necesaria la receta médica no quiere decir que este sea inocuo y que no nos vaya a perjudicar.
Entre los riesgos que presenta la automedicación -particularmente con el uso de antibióticos- está:
El consumo de varios medicamentos puede interactuar entre sí acentuando los efectos secundarios.
Algunos de estos fármacos pueden causar intoxicación por sobredosis.
Pueden provocar adicción.
Un mismo medicamento puede actuar de distinta forma en varios pacientes, por lo que solo un profesional médico puede valorar todos estos condicionantes.
En el mejor de los casos, dosis insuficientes pueden que no produzcan los efectos deseados.
La autoprescripción, como decimos, es muy frecuente en el uso de antibióticos, sobre todo las que se usan para tratar infecciones de tipo respiratoria como catarros, bronquitis o de las de naturaleza gastrointestinal como es la diarrea. En muchos de estos casos se tratan de infecciones víricas que no precisan de antibióticos.
La automedicación supone un claro riesgo, ya que es el facultativo el que puede tener en cuenta los múltiples factores que entran en riesgo y las características específicas de un determinado paciente. Además, se tiene el peligro que, al autoprescribirnos, estemos enmascarando la naturaleza de alguna enfermedad subyacente, o alterando la evolución natural de una patología con lo que eso supone a la hora de efectuar un diagnóstico eficaz.
Asociaciones de clientes afectados
Bajo el acrónimo de ADAF recientemente se ha creado la Asociación de Afectados por Fármacos. La asociación se pone así a disposición de cuantos pacientes se hayan sentido afectados por los efectos negativos del Nolotil y de otros medicamentos, y poner a disposición de los reclamantes mecanismos para demandar a fabricantes y distribuidores de Nolotil.
Ya han presentado una primera demanda colectiva contra el Nolotil. Piden una indemnización de 500 millones de euros. Para respaldar su denuncia, la demanda va acreditada por más de 200 informes de personas que han sufrido los efectos nocivos del Nolotil.
Para su constitución, Adaf ha seguido el modelo de otras asociaciones que se han creado al amparo de víctimas afectadas por el consumo de algún tipo de fármaco. Es el caso de Avite (víctimas de la talidomida) y de la Asociación de Afectadas por Essure.