Cómo viven los hijos de las prostitutas
No hay nada más importante para una madre que la seguridad de sus hijos. El amor que una progenitora siente por sus retoños es seguramente el más fuerte uno puede encontrar, por encima de cualquier amor romántico que imaginemos. Y es que las madres saben que sus hijos son su vida entera, y que por ellos vale la pena realizar cualquier sacrificio, cualquier cosa que esté en sus manos. A veces ser madre resulta muy complicado, especialmente en este mundo en el que vivimos donde se nos exige siempre ser perfectos y tenerlo todo controlado. Cualquier que haya pasado al menos 24 horas con un crío pequeño sabe que el caos es inherente a su cuidado, y cuando apenas tienes tiempo para estar con ellos, por trabajo o por otros motivos, esos cuidados son aún más complicados. Las guarderías, la ayuda de las abuelos y abuelos o de las propias parejas, hacen que todo sea más llevadero. Pero luego está el sentimiento de culpa inherente a no poder cuidar todo lo que quisieras de tus hijos.
Muchas mujeres se frustran cuando intentan hacerlo todo, trabajar, cuidar a los críos y llevar la casa adelante. Algunas cuentan con la ayuda de sus maridos o parejas, pero en muchas ocasiones también son madres solteras y tienen que tirar adelante por sí mismas. ¿Cómo pagar las facturas si no es trabajando casi de sol a sol? ¿Cómo vas a cuidar bien de tus hijos si el trabajo te tiene absorbida la vida? Este tipo de dilemas se dan a menudo entre las mujeres jóvenes, y no por casualidad, la edad en la que tienen hijos es cada vez mayor. Las chicas tratan de conseguir una estabilidad laboral y vital antes de plantearse si quiera tener hijos, y esto comienza ya a los 30. O incluso puede que ese deseo no se llegue a dar jamás en ellas, y no quieran traer nueva vida al mundo. Sea como fuese, las madres trabajadoras siempre lo tienen más difícil a la hora de cuidar a sus retoños, y muchas incluso se ven abocadas a trabajar en oficios que no son precisamente su vocación. Esta es la vida de aquellas que son prostitutas y madres solteras, y de sus hijos, que se crían en un ambiente cuanto menos peculiar.
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